sábado, 3 de diciembre de 2011

La Vida es Corta

Quiero hacer llegar a algunos infelices, tirándome más al campo femenino que al masculino, que los hombres, también sufrimos, también tenemos problemas, y también tenemos días en los que las cosas nos duelen el doble. Si, mujeres, sufrimos, somos seres y tenemos sentimientos, no se aprovechen, mierda.
Bueno, ahora sí. Hola:
De nuevo, haciéndoles llegar lo más profundo de mí. Quién sabe hasta cuando voy a estar pensando así. Pero bueno gente, lo hago con onda. Nadie quiere deprimirse, a todos nos tocan Días Grises, días de mierda, días cargados de Mala Onda, días en los que tenemos que cargar la Mala Onda nuestra, la Mala Onda del día, y la Mala Onda de terceros.
¿Alguno se puso a pensar alguna vez, algo como: - ¡Mierda! ¡Está bien que hoy es un Día Gris, pero ésto se nos fue de las manos!
Días en los que decís: "la vida me está cagando a palo" o "no pego una, ni una, ni una sola" y terminás arribando a la triste conclusión: "el Fin de Semana me mamo, ¡¡¡canté!!!"
Días en los que ni el perro (gata en mi caso) se expone a que les des una caricias, porque sale despavorido/a buscando el rincón más lejano de la habitación para hecharse y mirarte con pereza. Días en los que tu vieja, amenazada por el laburo, entre la espada y la pared, se termina descargando con nosotros, nosotros, que nos sentimos débiles y que no tenemos NADA que ver con el laburo de nuestra progenitora, terminamos recibiendo gritos, puteadas, y disgustos. En el caso que seamos desordenados, cualquier fucking objeto que no esté en el lugar correspondiente, puede ser un nido de pólvora detonante para tu vieja. Más si es obsesiva, como la mía.

Bueno, ésto me pasa con bastante frecuencia. No son días Grises, son días NEGROS, son días decisivos para no caer en el abismo de la desesperación. Para pasarlos, y no morir en el intento, la clave está en ser vos mismo. Relajate, tomate un instante para respirar, sacate el peso de arriba, intentando hacer lo que de verdad te gusta: Salí de tu pieza, sacá el culo del sillón y salí a andar en bici, salí a correr, llamá a alguien, juntate con amigos a jugar al fútbol, si no hay onda, demostrá que puede haberla vayas donde vayas. Vos podés transmitir buena onda, estás totalmente capacitado para hacerlo. Vos podés barrer la mala onda de un lugar, siempre y cuando estés de buen humor y no caigas en el intento.

Me quería despedir con una frase que puso cierta vieja amiga en su foto de perfil que me llegó, es de Shakespeare:

Siempre me siento felíz, sabes? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, TODOS tienen solución, lo único que no se resuelve es la Muerte. La vida es corta, se felíz, y siempre sonríe.

Días Grises

Quiero aclarar antes de que leas ésto, que no soy completamente consciente de lo que estoy escribiendo. A mis 15 años, ésto no tendría que pasarme, pero me acabo (o no) de dar cuenta de que la angustia golpea hasta a quien cree tener una armadura de acero.
Bueno, antes de ponerme a diseñar ésta página, me quiero largar a escribir. No aguanto las ganas, necesito liberarme de un peso que me hostiga hasta hace unas horas.
Afuera es sábado, pero acá en mi habitación parece el día del apocalípsis. Hay agonía contendida en una habitación tan pequeña como la mía. Más allá de un par de paredes, afuera de ésta casa de mierda, hay gente que parece que se va a matar de la alegría, parece que hay un casamiento en la Catedral que está aproximádamente a dos cuadras de mi casa, parece que todos rebalsan felicidad haciendo sonar su estruendosa bocina con constancia. Hacen bien, festejan algo importante, la unión entre dos personas, que como Dios manda deben casarse para ya nunca volver a la etapa de ser SOLTEROS. La frase que pronuncia el padre en el momento cúlmine de la boda tiene importancia perpetua: "Hasta que la muerte los separe" Quiere decir, "ya está flaco, estás comprometido de por vida".
¿Qué carajo hacía yo mientras todo esto vagaba por mi mente? Estaba acostado, muerto de un frío súbito que me agarró, re tapado hasta los ojos. Quienquiera que lea esto, y quien quiera tomarse la molestia de revisar la fecha, se dará cuenta de que estamos en Diciembre. En Diciembre, en Argentina hace calor.
¿Por qué tengo frío? ¿A qué se debe que esté acostado, muerto de frío y tapado? Bueno, es que es cierto que la soledad desespera, como diría Gustavo Cordera. Estoy solo, solo en mi habitación horrenda. Mis viejos no están, la casa entera está sola e intenta seducirme. Me atrapa más la idea de quedarme donde estoy, al resguardo de mis sábanas y mis almohadas.
No soy exactamente la clase de persona que se muere por salir, pero sí el tipo de gente que se lamenta eternamente cuando está sola por mérito propio, y se arrepiente de salir al mundo a disculparse. Odio ver que en Twitter, la gente tiene planes para ésta noche, cuando uno no tiene otro más que quedarse inmóvil donde está.
La gente es cruel si te deja sola. La soledad es el peor castigo. Te envenena y te va aniquilando de a poco, sólo la soledad te puede matar si te agarra desprevenido. Tené mucho cuidado, atesorá a la gente que tanto querés, que tanto te quiere, en cualquier momento pueden darte la espalda y dejarte clavado un puñal. El puñal se te hunde en tu alma y te deja sangrar, la gente que te lo clavó no suele volver a sanarte. Cuidate de la soledad, haceme caso. Cuando te arrepientas de querer estar solo, puede ser demasiado tarde.
Hablo de la soledad profunda, sumergida, ahogada, la que no te deja ver la superficie de lo prendida que está a vos. En el mejor de los casos, uno mismo es el que puede acabar con la soledad, puede amigarse del Planeta Tierra, pero en los Días Grises, cuesta el doble. Hoy es un Día Gris.